12 de agosto de 2012

Richard Dawkins: "La hipótesis divina es innecesaria. No necesitamos a Dios para explicar el universo y la vida" (2)

¿Para qué sirve la religión? se pregunta Richard Dawkins en un artículo publicado en la revista "Free Inquiry". "Como darwiniano -responde-, el aspecto de la religión que más llama mi atención es su derroche libertino, su despliegue extravagante de inutilidad barroca. La conducta religiosa en los simios bípedos ocupa grandes cantidades de tiempo; devora grandes recursos. Una catedral medieval consumía cientos de hombres y siglos en su construcción. La música sagrada y las pinturas devocionales monopolizaron enormemente el talento medieval y el del Renacimiento. Miles, tal vez millones de personas han muerto, aceptando con frecuencia primero la tortura, por la lealtad a una religión contra una alternativa que apenas se distinguía. Gente devota ha muerto por sus dioses, asesinado por ellos, ayunado por ellos, soportado azotes, llevado una vida de celibato y jurado silencio por el bien de la religión". Al referirse a la improbabilidad de la existencia de Dios, dice Dawkins que "la gente hace muchas cosas en nombre de Dios. Los irlandeses y los árabes se matan los unos a los otros en su nombre. Los imames y los ayatolás oprimen a la mujer en su nombre. Los papas y sacerdotes en celibato trastornan la vida sexual de la gente en su nombre. Los shohets judíos le rajan la garganta a los animales en su nombre. Los logros de la religión en la historia (las sangrientas cruzadas, los inquisidores torturadores, los conquistadores genocidas, los misioneros destructores de culturas, la resistencia impuesta legalmente a toda verdad científica hasta el último momento) son aún más impresionantes. ¿Y a qué ha ayudado todo esto? Creo que está quedando cada vez más claro que la respuesta es absolutamente a nada. No hay razón para creer en la existencia de ningún tipo de dios, y buenas razones para creer que no existen y nunca han existido. Todo ha sido una enorme pérdida de tiempo y de vidas. Sería un chiste de proporciones cósmicas si no fuera tan trágico". "Por supuesto -agrega-, se está presuponiendo que el Dios del que hablamos es una inteligencia personal tal como Yavé, Alá, Baal, Wotan, Zeus o Hare Krishna. Si por "Dios" entendemos amor, naturaleza, bondad, el universo, las leyes de la física, el espíritu de la humanidad o la constante de Planck, todo lo anterior carece de sentido. En efecto, si eso es lo que se entiende por religión, muy bien, entonces soy un hombre religioso. Pero si Dios es un ser que diseña universos, escucha plegarias, perdona pecados, hace milagros, lee nuestros pensamientos, se preocupa por nuestro bienestar y nos resucita de los muertos, entonces no es probable que uno se sienta satisfecho". Steven Weinberg (1933), ganador del Premio Nobel de Física, lo ha dicho con bastante mordacidad: "Si quieres decir que Dios es 'energía' entonces puedes encontrar a Dios en un pedazo de carbón. Pero no cuentes con que vas a llenar tu iglesia de fieles". El mismo espíritu mordaz del científico estadounidense sobrevuela la segunda parte de la entrevista que Dawkins concedió a Terrence McNally.



Muchos sugieren que usted y otros científicos ateos ignoran fenómenos que no pueden explicar. Por ejemplo: la experiencia subjetiva del significado, consuelo o inspiración que muchos sostienen recibir de su creencia o relación con Dios. Si millones experimentan tales cosas, ¿no es una prueba de la fuente a la que ellos lo atribuyen? Si no lo es, ¿puede aclararlo?

Nadie discute que la gente obtenga bienestar y consuelo de la religión. Si un ser querido muere, por supuesto, es alentador sentir que está en alguna parte interesándose por uno y que algún día lo volveremos a ver. Pero lo que es alentador no es necesariamente cierto, y es una especie de cobardía intelectual decir: "Debemos dejar que la gente se revuelque en sus ilusiones porque eso los consuela". Creo que eso es ser condescendiente.

¿Usted piensa que es como cuando las familias y aún los médicos discuten si deben decirle a alguien que su cáncer es terminal? Porque, al fin de cuentas, la vida es terminal…

Ese es un buen ejemplo. Hay gente que prefiere que su médico le diga la verdad y lo respeto, pero eso no lo convierte en verdadero. Que uno quiera que su médico le diga que no tiene un cáncer terminal y que su doctor le haga caso mintiéndole, está bien; pero el hecho es que él le ha mentido. Del mismo modo usted puede sentirse consolado por el pensamiento de que está protegido por un Dios, pero si no hay un Dios que lo proteja -y me temo que no lo hay- eso es todo. No deseo imponer mis creencias a ninguno, pero me importa lo que es verdadero.

Muchos opinan que la ciencia no puede responder algunos de los grandes temas o que la ciencia no puede ofrecer esas cosas significativas de las cuales hablábamos recién. ¿Es honesto responder a sus argumentos al señalar las insuficiencias de la ciencia?

Hay cosas que la ciencia no sólo no puede contestar sino que no desea hacerlo. Cosas como qué está bien o qué está mal, o cómo seré consolado. La ciencia no tiene nada que decir sobre el "bien" o el "mal". La Filosofía moral lo hace. Hay otra categoría de cuestiones que la ciencia tal vez no pueda contestar; las profundas cuestiones acerca de la existencia, como por qué hay algo en lugar de nada o de dónde provienen las leyes de la FísicaEs una cuestión abierta si la ciencia podrá alguna vez contestar preguntas como ésas. Los físicos, especialmente, están trabajando en estos temas, pero es una falacia decir que, porque la ciencia no puede responder a esas preguntas, significa que la religión sí puede hacerlo. Mucho más realista es afirmar: "Bueno, si la ciencia no puede responder a esos profundos temas, nadie puede".

Una vez le pregunté a un miembro de los achuar -una tribu de la selva amazónica que había tenido su primer contacto con el mundo moderno en la década del '70-: "¿Cómo considera a los misioneros?". Supuse que me diría: "Oh, mala gente". Pero él me contestó: "Fueron los que lograron que dejáramos de matarnos entre nosotros todo el tiempo". Aunque gran parte de nuestros Padres Fundadores eran más deístas que cristianos convencionales, creían que una vez liberados de la monarquía y el papado la gente necesitaría la religión para comportarse como una sociedad moral. ¿Está de acuerdo con que la religión es una fuerza civilizadora o moralizadora?

Hay algo terriblemente protector y condescendiente en decir: "Bueno, por supuesto, nosotros no necesitamos a la religión, pero la gente común sí". Confío en que no sea algo tan torpe como eso. En cuanto a que los misioneros fuesen una influencia civilizadora sobre tribus cuyo hábito era matarse entre ellos, presumo que si su primer contacto con Occidente hubiese sido con policías, hubieran dicho: "Hasta que llegaron los policías, nos matábamos entre nosotros". A través de siglos de cambios hemos reducido nuestra tendencia natural de matarnos entre nosotros. Pero durante mucho tiempo ha habido tribus donde matar era la norma y la manera de lograr éxito mundano. En nuestra sociedad hablamos de "hacer su agosto" en Wall Street. El equivalente en algunas tribus amazónicas sería por ejemplo, literalmente liquidar a nuestros rivales sexuales. El cambio se produce cuando tales tribus se ponen en contacto con la civilización occidental. El hecho de que, generalmente, sean los misioneros los que se aproximan para atraerlos a esa civilización, no significa que la religión propugne el punto de vista "no matarás". El "no matarás" es un principio moral general que todos compartimos, seamos religiosos o no.

Algunas personas sostienen que sin la religión no actuaríamos moralmente, careceríamos de ética...

Es una afirmación asombrosa, ¿no cree? Sugiere que la única razón por la que somos morales, la única razón por la que no matamos, violamos o robamos es porque tememos que Dios nos descubra. Tememos que Dios nos esté mirando, es el miedo a la gran cámara vigilante que está en los cielos. Caramba, eso no es un motivo noble para ser buenos. A propósito, no existe la menor evidencia de que la gente religiosa en una sociedad determinada sea más moral que la que no lo es. Estamos en un mundo moderno en el que somos más remisos a matar o a discriminar a otros por su sexo. Ya no consideramos buena a la esclavitud. Todas estas cosas han sido universalmente aceptadas entre personas educadas y de buena voluntad en las sociedades modernas, sean o no religiosas. Usted podrá identificar a abolicionistas que eran religiosos y señalar a otros individuos religiosos que estaban a favor de la esclavitud. La moral moderna es muy diferente de la versión horripilante del Antiguo Testamento. Si obedeciéramos a la Biblia seguiríamos capturando esclavos. Si obedeciéramos a la Biblia seguiríamos lapidando a la gente hasta la muerte por juntar leña un sábado. Hemos progresado de muchas maneras y nadie que sostenga que extrae su moral de la religión puede seriamente mantener que la extrae de las Escrituras.

Usted cita al físico Steven Weinberg: "La religión es un insulto a la dignidad humana. Sin ella, tendríamos gente buena haciendo cosas buenas y gente mala haciendo cosas malas. Para que la gente buena haga cosas malas se necesita la religión". Empieza su libro asombrándose de los prodigios de la existencia y lo termina escribiendo acerca de su experiencia personal de maravilla y trascendencia. También escribió elocuentemente sobre el tema en su libro anterior, "Destejiendo el arco iris".

"Destejiendo el arco iris" fue mi respuesta a esas personas que dicen que la ciencia y, en particular, mi visión del mundo en "El gen egoísta" era fría, desolada y sin amor. Tal vez pueda leer unas palabras del inicio de "Destejiendo el arco iris", que he separado y pedido que se lean en mi funeral: "Vamos a morir y eso nos torna en afortunados. Mucha gente no va a morir porque jamás nacerá. Los potenciales seres humanos que podrían estar aquí, en mi lugar, pero que -en los hechos- jamás verán la luz del sol, sobrepasan los granos de arena del Sahara. Al enfrentar estos asombrosos sucesos, somos nosotros -en nuestra común condición- quienes estamos aquí. Este es otro motivo por el que somos afortunados". Somos afortunados por estar vivos y, por lo tanto, debemos valorar la vida. La vida es preciosa. Nunca tendremos otra. Es ésta. No la desperdiciemos. Abramos los ojos. Abramos los oídos. Atesoremos las experiencias que tengamos y no perdamos el tiempo preocupándonos acerca de una futura -inexistente- vida después de la muerte. Procuremos hacer ahora el mayor bien posible a los demás. Procuremos vivir la vida tan plenamente como podamos, en el tiempo disponible que nos quede.

¿Es universal la creencia en un Dios sobrenatural?

Es universal en el sentido de que en todas las culturas humanas que han estudiado los antropólogos parece haber algo que corresponde a la creencia de alguna forma de divinidad.


A veces, son muchos dioses. A veces, es uno solo. A veces es un elenco de dioses animistas: el Dios de la Cascada, el Dios del Río, el Dios de la Montaña, el Dios del Sol. Los detalles varían pero parece ser algo humano universal, de la misma manera como el deseo heterosexual es humano universalmente aunque no todos los individuos humanos lo sientan. Tal como el deseo sexual, sospecho que existe una especie de deseo de Dios.

¿Cómo explica su frecuencia?

Cuando usted le pregunta a un darwiniano como yo cómo se explica algo, generalmente lo interpretamos como: "¿cuál es la utilidad de esto en la lucha por la supervivencia?". En este caso lo que sugiero, como una de las tantas sugerencias que podrían hacerse, es que la fe religiosa es un subproducto de la tendencia infantil de creer lo que nos dicen nuestros padres. Es una buena idea que los niños crean lo que les dicen los padres. Un niño que descrea de lo que ellos le dicen es muy probable que muera al no respetar el consejo de los padres de no tocar el fuego, por ejemplo. De modo que los cerebros de los niños, según esta teoría, nacen con una regla empírica: "Cree lo que te dicen tus padres". Ahora bien, el problema con esto -donde interviene la idea como un subproducto- es que es imposible diseñar un cerebro que crea los que le dicen los padres sin creer cosas malas junto a cosas buenas. En teoría nos gustaría que el cerebro del niño separara un buen consejo como: "No te metas en el fuego", del mal consejo: "Adora a los dioses de la tribu". Pero el cerebro infantil no puede discriminar entre esas dos clases de consejos. De modo que, inevitablemente, un cerebro infantil está preprogramado a creer y obedecer lo que sus padres le digan, es vulnerable automáticamente al mal consejo. Creo que ésta es parte de la respuesta, pero se necesita otra: ¿Por qué algunos tipos de malos consejos, como el de adorar al fetiche de la tribu, sobreviven y otros no? Creencias tales como las de "la vida después de la muerte" se esparcen porque son atractivas. A mucha gente le desagrada la idea de morir y prefieren la idea de que sobrevivirán a su muerte. Así es como el "meme" -si usted lo prefiere- se disemina como un virus, porque la gente quiere creer en él.

Aunque los niños tiendan a creer lo que les dicen sus padres, usted afirma categóricamente que un niño no debe ser llamado "niño católico", "niño musulmán" o "niño judío".

Sí. Soy muy, muy categórico en la idea de que los niños no deben ser etiquetados así. Regresamos al tema del crecimiento de la conciencia. Las feministas alertaron a nuestra conciencia, de diferentes formas, sobre el uso del idioma; cosas como decir "de él" o "de ella", en lugar de sólo "suyo". De la misma manera necesitamos alertar la conciencia sobre tal etiquetamiento de los niños. No estoy diciendo que los padres no deban influenciar a sus hijos. Eso sería irremediablemente ilusorio. Los padres influencian a sus hijos de las más diversas maneras, pero considero que la religión es más o menos la única en adquirir la licencia de etiquetar a un niño. Usted nunca hablará de un "niño demócrata" o de un "niño republicano". Usted jamás supondrá que porque un profesor de literatura posmoderna tenga un hijo, será -por lo tanto- un hijo posmoderno. Sería ridículo hacerlo, sin embargo, si un católico, un judío o un musulmán tiene un hijo, toda la sociedad acepta la idea de que se pueda etiquetar a ese niño como un "niño católico", un "niño judío" o un "niño musulmán". Pienso que es una especie de abuso infantil que concierne a los derechos civiles.