1 de marzo de 2008

Modos de producción (II). Esclavismo

Al inicio de esta etapa, la producción se limitaba a los requerimien­tos de las familias más poderosas y a producciones domésticas en un marco de economía natural, des­tinada al propio consumo. El excedente y el inter­cambio jugaron un rol clave en el desarrollo de la producción de bienes. Dados los escasos adelan­tos tecnológicos aumentó el número de productores directos. La mano de obra escaseó y las guerras suministraron los esclavos, que eran la principal fuerza productiva.
El aumento de la productividad que generaba ex­cedentes estimuló el intercambio y la producción de bienes a tal fin: las mercancías. Se originaron entonces los asentamientos y luego las ciudades, donde se fa­bricaban y cambiaban las mercancías. Al comienzo existía el trueque. Al ampliarse el intercambio, no era práctico transportar las mercancías y fueron re­emplazadas por equivalentes de sus valores. Nació así el dinero. La propiedad privada se extendió a la tierra y surgieron los Estados esclavistas.
"Cuando aparecieron las clases, siempre y en todas partes, a medida que la división crecía y se conso­lidaba, aparecía también una institución especial: el Estado -dijo Vladimir I. Lenin (1870-1924) en 'Sobre el Estado', una conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlov el 11 de julio de 1919-. Las formas de Estado eran en extremo variadas. Ya durante el período de la esclavitud en­contramos diversas formas de Estado en los paí­ses más adelantados, más cultos y civilizados de la época, por ejemplo en la antigua Grecia y en la antigua Roma, que se basaban íntegramente en la esclavitud. Ya había surgido en aquel tiempo una diferencia entre monarquía y república, entre aristo­cracia y democracia. A pesar de estas diferencias, el Estado de la época esclavista era un Estado es­clavista, ya se tratara de una monarquía o de una república, aristocrática o democrática".
Las guerras inicialmente fueron de apropiación de bienes; posteriormente, tuvieron como objetivo la captura de prisioneros para convertirlos en esclavos. La esclavitud comenzó como una forma externa, pero después se generalizó a nivel interno; la usura y la acumulación de deudas, arruinaban a las personas y las convertían en esclavos. En definitiva, la simple circunstancia de la pobreza convirtió al campesino, al pastor y al artesano en esclavos.
Mediante las guerras se constituyeron los grandes imperios antiguos, los que, además de conseguir esclavos, saqueaban las riquezas y sometían a una gran cantidad de pueblos para mantenerlos como tributarios. Los estados mantenían una poderosa máquina militar conformada principalmente por campesinos. Con el tiempo aparecieron una gran cantidad de desocupados que realizaban trabajos ocasionales bajo la dependencia de algún pudiente. Los artesanos dependían de la nobleza, los comerciantes y los usureros, de los cuales recibían una escasa remuneración, hecho que muchas veces los convertió en desocupados y posteriormente en esclavos.
Para regular las relaciones entre las personas y las poblaciones aparecieron los códigos, también con el objeto de realizar el comercio. Se conocieron así, por ejemplo, leyes religiosas como las Védicas y las Brahamánicas (alrededor del 1500 a.C.), el Código de Hamurabi (1760 a.C.), la Ley Mosaica (alrededor del 1270 a.C.) y las Leyes Romanas (a partir del año 305 de nuestra era). Las formas estatales se fortalecieron, los monarcas adquirieron categoría de dioses o de enviados de dios, dando forma a las teocracias; se consolidaron y sucedieron, unos a otros, los grandes imperios de la antigüedad (Japón, China, India, Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma).El conocimiento era exclusivamente reservado para la nobleza, los sacerdotes y los escribas. Apareció la Filosofía como madre de todas las ciencias (Confucio, Platón, Aristóteles, defendieron el esclavismo) y se desarrollaron las ciudades-estado. Por otra parte, se afianzó la monogamia y el monoteísmo, y los sistemas religiosos se entrecruzaron con las funciones estatales.Existía la propiedad privada de los medios de produc­ción y la fuerza de trabajo. El esclavista era dueño del esclavo, el que constituía una mercancía más para ser comprada o vendida en el mercado: "La fuerza de trabajo no ha sido siempre una mercan­cía -dice Karl Marx (1818-1883) en 'Lohnarbeit und kapital' (Trabajo asa­lariado y capital, 1849)-. El trabajo no ha sido siempre trabajo asalaria­do, es decir, trabajo libre. El esclavo no vendía su fuerza de trabajo al esclavista, del mismo modo que el buey no vende su trabajo al labrador. El esclavo es vendido de una vez y para siempre, con su fuer­za de trabajo, a su dueño. Es una mercancía que puede pasar de manos de un dueño a manos de otro. El es una mercancía, pero su fuerza de trabajo no es una mercancía suya".
La esclavitud permitió avanzar grandemente en la productividad del trabajo y realizar obras colosales. Las pirámides de Egipto, fortificaciones, puentes y obras de riego que aún hoy asombran se deben al trabajo de cooperación simple que hacían los escla­vos.Pero el desarrollo tenía sus límites. La alimen­tación mínima mermaba en mucho las fuerzas de los esclavos y su reproducción natural era lenta y costosa para el esclavista.El trabajo esclavo en las tierras de sus amos permitía producir trigo y otras mercancías a menor costo que los trabajadores libres, los que finalmente perdían sus tierras y pasaban a la esclavitud o la indigencia urbana. Esto originó a la vez el lumpen-proletariado y los latifundios. El uso de trabajo esclavo en los oficios alentó la formación de talleres, con lo que creció la producción de mercancías y el comercio. Las clases sociales claramente diferenciadas, entre trabajadores directos y administradores, sentaron las bases para la oposición entre el trabajo físico y el intelectual, impulsando el desarrollo del arte y la ciencia. La Grecia antigua es un gran ejemplo de ello.
Durante el período de producción esclavista hubo grandes avances en lo económico, la ciencia y el arte. La mano de obra esclava sostenía todo y cada vez se requería más para financiar los lujos de los esclavistas y las guerras para conseguir más esclavos y tierras. La expansión de los imperios ten­só la capacidad de las fuerzas productivas y mos­tró los límites del sistema. Los esclavos no estaban interesados en el resultado de su trabajo, pues no les traía beneficio alguno. Esto trabó el desarrollo de las fuerzas productivas, generando la crisis del sistema. La demanda crecía por los continuos gas­tos, pero el trabajo esclavo no se desarrollaba más allá.
"La esclavitud se convirtió pronto en la forma do­minante de la producción en todos los pueblos que se habían desarrollado más allá del viejo tipo de comunidad -dice Engels en 'Anti Dühring' (1878)-; pero al final fue también una de las causas principales de su decadencia. La esclavitud posibilitó la división del trabajo en gran escala entre la agricultura y la industria, y con esa división del trabajo, posibilitó también el florecimiento del mun­do antiguo, la civilización griega. Sin esclavitud no hay Estado griego, ni arte griego, ni ciencia grie­ga; sin esclavitud no hay Imperio Romano. Y sin el fundamento del helenismo y del romanismo no hay tampoco Europa moderna"."Para que en tiempos de las Guerras Médicas el número de esclavos fuera en Corinto de 460.000, en Egina llegara a los 470.000, con lo que había diez esclavos para cada miembro de la población libre, hizo falta algo más que poder y violencia; a saber, una industria artesanal y suntuaria muy desarrollada y un amplísimo comercio. La esclavitud en los Estados Unidos se ha basado menos en la violencia que en la industria inglesa del algodón; en las regiones en que no crecía el algodón, o en las que no había Estados limítrofes que practicaran la cría de esclavos para los Estados algodoneros, la esclavitud se extinguió por sí misma sin aplicación de la violencia, simplemente porque no era rentable", concluye Engels en la obra citada.Los últimos siglos del esclavismo fueron de deca­dencia, las tierras se empobrecieron, la ciencia y el arte se estancaron. El Imperio Romano utilizó sus recursos en la defensa contra las invasiones. Los grandes terratenientes se vieron así en la necesidad de deshacerse de los esclavos. Dividieron sus haciendas en parcelas y las entregaron a los colonos para que las trabajaran a cambio de productos. Los colonos se transaban junto con la tierra. Surgieron entonces nuevas relaciones de producción que darían origen a un nuevo modo de producción: el feudalismo.