25 de marzo de 2008

Jorge Guillén: Alguna vez me angustia una certeza

Jorge Guillén fue uno de los maestros de la poesía española. Nació en Valladolid el 18 de enero de 1893 y estudió Filosaofía y Letras en Madrid y Granada.
Posteriormente fue catedrático de literatura en las universidades de Murcia y Sevilla, y entre 1929 y 1931 ejerció como lector en Oxford. Se introdujo tardíamente en el terreno literario: a los treinta y cinco años publicó su primer libro, "Cántico", que fue ampliado en sucesivas ediciones.
Durante la guerra civil estuvo preso, logrando salir de España en 1937 para establecerse en Estados Unidos, en donde fue profesor de varias universidades, especialmente en la de Harvard.
Al término de la dictadura franquista regresó a su país, donde obtuvo el premio Cervantes en 1976. Falleció en Málaga el 6 de febrero de 1984.
En su poesía desaparece totalmente la ornamentación modernista para quedar únicamente la palabra depurada y ceñida al contenido con la máxima precisión. Esto es lo que puede apreciarse en los versos que siguen:

MUERTE DE UNOS ZAPATOS
¡Se me mueren! Han vivido

con fidelidad: cristianos
servidores que se honran
y disfrutan ayudando,
Complaciendo a su señor,
un caminante cansado,
a punto de preferir
la quietud de pies y ánimo.
Saben estas suelas. Saben
de andaduras palmo a palmo,
de intemperies descarriadas
entre barros y guijarros.
Languidece en este cuero
triste su matiz, antaño
con sencillez el primor
de algún día engalanado.
Todo me anuncia una ruina
que se me escapa. Quebranto
mortal corroe el decoro.
Huyen. ¡Espectros zapatos!

OBSESIÓN
Ser antes de nacer, ser después de morir,
ser -y con perfección- dentro de una clausura:
en el vientre materno como en la sepultura
tiniebla protegida. No hay mejor elixir.

La madre otorga entonces suma seguridad,
hermético, recóndito, siempre interior estado,
orbe sin falla donde todo es íntimo y dado.
Tenebrosos profundos: sed felices, estad.

Pero se interrumpió la existencia guardada.
El nacer impulsó la criatura a vida.
Entre el aire y la luz, la vida es muy sufrida
congoja de prisión en que el ser se degrada.

Los años son la espera del retorno al sosiego,
un afán por llegar al segundo recinto,
la paz bien sepultada del angustiado extinto
sin problemas al sol, pasivamente ciego.

Intervalo difícil entre el materno vientre
y la entraña materna de tierra y sepultura.
Liberadora llegue, llegue la hora pura,
el hijo con la madre se compenetre y centre.

OPINA UN CIVILIZADO
Opina un civilizado.
¿Cómo?
Con sus aviones.
¿O es la influencia del Hado?
Opina un desconocido.
¿Cómo?
Con una pistola.
¿Cae un hombre malherido?
Opina un color: el blanco.
¿Cómo?
Con algunas balas.
¿El negro ha de ser el blanco?
Opina un gobierno fuerte.
¿Cómo?
Con tanque en la calle.
Muerte, muerte, muerte, muerte.