6 de enero de 2008

Giovanni Boccaccio, la peste hecha literatura

Giovanni Boccaccio nació el 16 de junio de 1313, hijo ilegítimo de un comerciante florentino y una noble francesa, pro­bablemente en Florencia o en Certaldo, y murió el 21 de diciem­bre de 1375 en esta última localidad italiana.
Aun cuando fueron muchas las obras que escribió y bastaron para justificar buena parte de su fama, su nombre ha pasado a la posteridad con mayores honores aún por el "Decamerón", uno de los libros más im­portantes de todos los tiempos, considerado en el género narrativo como único en la historia de la literatura universal. Con toda segu­ridad, Boccaccio escribió esta su obra maestra entre los años 1350 y 1355. Ya conocido y admirado el autor, "Il Decameron" gustó extraordinariamente y aumentó aún más su prestigio.
No inventada aún la imprenta, se hicieron innumerables copias manuscritas de la obra que fue objeto de varias traducciones que pronto se propagaron en múltiples códices por todo el mundo. De los primitivos manuscritos, se guardan algunos ejemplares en las Bi­bliotecas públicas de París y Florencia. La primera edición impre­sa en letras de molde se supone que es la de Venecia del año 1492. La primera de las versiones que llegó a España es la traducción catalana de autor anónimo, tal vez un monje de la célebre abadía de San Cugat del Vallés, Barcelona, donde consta que fue terminada el 5 de abril de 1429. Contemporánea a esa versión catalana, existe una primitiva castellana, también anónima, pero sin fecha, guardada en la biblioteca del Escorial. Luego, en castellano, se hicieron excelentes y fieles traducciones reimpre­sas infinidad de veces, hasta que en 1559 la prohibición fulminante dictada por Gian Pietro Carafa -el papa Paulo IV (1476-1559)-, e introducida en España por el obispo de Oviedo e inquisidor general Fernando de Valdés (1483-1568), un cruel asesino que se cobró numerososas vidas en nombre de la iglesia y autor de un índice de libros prohibidos, hizo que durante más de tres siglos no se publicara ninguna otra edi­ción castellana de esta obra.La terrible peste a que se refiere la Primera Jornada de la obra es la que devastó Florencia (como toda Italia y Europa) en 1348, y cuyos estragos, descriptos en el texto, constituyeron una asoladora catástrofe tanto en el orden material como por sus reper­cusiones morales, trastornando la mentalidad de la mayoría de las gentes y provocando desordenadas reacciones, hasta liberándo­las en cierto modo de las acostumbradas normas de vida.
Con ello Boccaccio justifica la formación del alegre grupo de siete mujeres jóvenes y tres mozos que, huyendo de la ciudad sumida en la desesperación y la muerte, buscan un retiro en el campo donde olvidar, vivir con esperanza y, entre otras diversiones, contarse mutuamente cuentos e historias. Como los narradores son diez y cada uno de ellos debe contar cada día una narración, y eso du­rante los diez días que dedican a este entretenimiento, el total de relatos se eleva a cien. Sin embargo, hay que notar que la estancia del alegre grupo en la casa de campo dura catorce días -dos sema­nas, de miércoles a miércoles-, ya que por razones del rito reli­gioso entonces imperante se suspenden los relatos los viernes y sábados de cada semana.
Así es como Boccaccio, siempre sereno e imparcial expositor, fue contando estas ejem­plares e interesantes historias, fruto de toda clase de lecturas, recogiendo las experiencias de la vida y captando lo esencial del pensamiento y del sentir humano. Además, supo fijar en una prosa única la variedad de las pasiones que agitan el corazón humano, las vicisitudes de la existencia, alegres, tristes, insólitas, apasionantes, grotescas, ri­dículas.Fundándose en la sensual malicia que traslucen sus páginas, se ha llamado a Boccaccio el "exaltador de los triunfos de la carne"; en tanto que otros, por la simpatía que a menudo manifiesta por los espíritus astutos y capaces, lo han calificado de "poe­ta de la inteligencia". Sin embargo, para el general de la crítica literaria, Boccaccio no es ni esencialmente irre­verente, ni cínico, ni sensual, ni idealista sino que es el más desinteresado y ampliamente humano de los narradores.
Dijo de él el escritor francés Alfred de Musset (1810-1857): "La Fontaine rió en Boccaccio donde Shakespeare se deshizo en lá­grimas". También el poeta italiano Ugo Foscolo (1778-1827) opinó: "Boccaccio acaricia el lenguaje como un enamorado. Diríase que en cada palabra ve una vida propia, a la que no falta otra cosa que ser animada por el intelecto".El Decamerón es la primera obra plenamente renacentista ya que se ocupa sólo de aspectos humanos sin hacer mención a temas religiosos y teológicos y es también la obra que rompió con la tradición literaria, en la que -por primera vez en la edad media- se presentó al hombre como artífice de su destino más que como un ser a merced de la gracia divina.
Entre los otros escritos de Boccaccio se cuentan tres obras que se cree fueron inspiradas por Fiammetta -Maria dei Conti d‘Aquino- su amante en la corte del rey de Nápoles Roberto d'Angió(1278-1343): su primer y extenso romance en prosa "Il Filocolo" (1336), "Elegía de Madonna Fiammetta" (1344) e "Il Corbaccio" (1354). También escribió poesía: "Filostrato" (1338) y "Teseida" (1340-1341), una vida de Dante Alighieri, con un comentario de la "Divina Comedia", y varias obras eruditas, científicas y poéticas en latín, entre ellas "De Claris Mulieribus" (1360-1374). La obra de Boccaccio influyó en muchos escritores de toda Europa como Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592), Geoffrey Chaucer (1343-1400), William Shakespeare (1564-1616) y John Dryden (1631-1700).